El 28 de febrero de 1813 se llevó a cabo la histórica Batalla de Cúcuta, un enfrentamiento decisivo entre las fuerzas patriotas, lideradas por Simón Bolívar, y el ejército realista, comandado por el coronel Ramón Correa. Esta batalla ocurrió en el municipio de San José de Cúcuta, Norte de Santander, y marcó un antes y un después en la lucha por la independencia de Venezuela y la consolidación del proceso libertador en la Nueva Granada.

Los hechos se desarrollaron cuando Bolívar, con aproximadamente 400 hombres, decidió atacar la ciudad de forma sorpresiva. A pesar de contar con menos tropas que los realistas, ideó una estrategia audaz y dividió sus fuerzas en dos columnas. El ataque se inició en horas de la mañana, y rápidamente se desató un combate intenso en las calles del pueblo. Las tropas patriotas enfrentaron una fuerte resistencia, pero la valentía, el liderazgo de Bolívar y la moral de sus hombres fueron claves para inclinar la balanza a su favor.

Tras varias horas de lucha, el ejército patriota logró imponerse. El coronel Correa se vio obligado a retirarse, dejando atrás armas, municiones y provisiones que fueron capturadas por los patriotas. La victoria no solo permitió liberar la ciudad de Cúcuta, sino que también impulsó la moral del ejército libertador y sirvió como punto de partida para lo que más tarde sería la Campaña Admirable, la cual permitió avanzar hacia la liberación de Venezuela.

Esta batalla no solo representó una victoria militar, sino también un símbolo de esperanza, determinación y lucha por la libertad. Hoy, recordamos este hecho como una muestra del valor y la estrategia que marcaron el camino hacia la independencia de América.